Nadie puede hacer por los niños lo que hacen los abuelos: salpican una especie de polvo de estrellas sobre sus vidas. Los abuelos sostienen nuestras manecitas por un rato, pero nuestros corazones para siempre. Los abuelos siempre te hacen sentir que te estuvieron esperando todo el día, y ahora, el día está completo
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