Justamente ahora, irrumpes en mi vida, con tu cuerpo exacto y ojos de asesina
Tarde como siempre, nos llega la fortuna.
Ganas de huir, de no verte ni la sombra, de pensar que esto fue un sueño o una pesadilla, que nunca apareciste, que nunca has existido.
Ganas de besarte, de coincidir contigo, de acercarme un poco y amarrarte en un abrazo, de mirarte a los ojos y decirte bienvenida.
Pero llegamos tarde, te vi y me viste, nos reconocimos enseguida pero tarde, quizás en otras vidas, quizás en otras muertes.
Que ganas de rozarte, que ganas de tocarte, de acercarme a ti y golpearte con un beso, de fugarnos para siempre, sin daños a terceros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario